La matanza indiscriminada de niños palestinos es una auténtica vergüenza para un pueblo que dice creer en Dios. NO HAY EXCUSA POSIBLE ANTE ESTA ABERRACIÓN. Los ciudadanos de bien del pueblo judío deberían poner fin a esta masacre. Matando y matando, la cadena de odio infinito no terminará nunca. TIENE QUE SER POSIBLE LA PAZ EN UNA TIERRA SANTA. SALUD.
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