viernes, 6 de junio de 2014

Lectura Recomendada:"La marca del meridiano" de Lorenzo Silva


Última aventura del brigada Bevilacqua y la sargento gaditana ( de San Fernando ) Chamorro, Premio Planeta 2012.
Después de quince años juntos, nuestra leída pareja, se verá implicada en un caso criminal muy cercano (por amistad con su querido maestro, el subteniente Robles) que tendrán que resolver entre La Rioja, Barcelona y Santander. 
Para nuestro protagonista, supondrá un viaje iniciático hacia sí mismo, de ahí el título. "Sólo los que habíamos cruzado la línea alguna vez, los que conservábamos sobre la piel y el alma la marca del meridiano, sabíamos hasta qué punto podía llegar a pesar aquella cicatriz"(pág. 399).
Y dichas cicatrices, lo han hecho sabio:"A mi edad y con mis cicatrices, me escuece que me metan goles, pero cuando el balón viene por la escuadra, fuerte y con efecto, sólo queda agacharse a recogerlo del fondo de la red"(pág. 21). La tortura hasta muerte de su viejo amigo, no iba a quedar impune. 
Las complicaciones se irán sucediendo, incluso con la presencia de investigadores de asuntos internos, porque la "porquería" salpica al propio cuerpo de guardia civil. Estará en juego el buen nombre de la institución.
Pero durante las cuatrocientas páginas también habrá tiempo para lo más humano, lo que le falta a Vila para ser feliz: el amor. 
Tendrá que volver a pasar por el mal trajo de recordar a su gran amor. El azar, maldito azar, ha hecho que Anna pueda ser otra víctima de ese "loco vengativo" que anda suelto. Que una vez fuera de la cárcel quiere ajustar cuentas.
"A aquellas alturas de mi vida creía haber aprendido algo del amor. Al menos lo suficiente como para saber que era extraño, lo más extraño de todo, una fuerza virulenta en la que se mezclaban de forma casi inextricable la razón más pura y lógica, porque nada hay más congruente con nuestra naturaleza que buscar la comunión profunda con otro ser humano, y la irracionalidad más absoluta, porque nada como el amor sabe vincularnos a quien nos resulta ajeno, o inalcanzable, o a quien perdimos irremisible o incluso necesariamente"(pág. 84)
Memorable el momento del hallazgo - en el coche del brutalmente asesinado - del CD de Serrat (prefiero la versión de Antonio Vega) con su indeleble canción "Romance de Curro El Palmo":
"La vida y la muerte
bordada en la boca
tenía Merceditas
la del guardarropa".
Los recuerdos lo harán llorar frente al Mediterráneo."Ningún hombre que se muera sin haber llorado alguna vez frente al mar puede decir que ha vivido"(pág. 394). No adelanto más sobre esta intensa vinculación existencial con la playa de Barcelona,"donde Don Quijote perdió su último combate. Sólo la arena y el mar. La arena sobre la que cayó el hidalgo, el mar que le vio perder su ventura"(pág. 392).
También tendrá un papel importante dos temas de Franco Battiato: "El animal" y "La Cura".
"El corazón siempre te acecha para darte donde más duele. Lo mejor es no llevarlo nunca encima, por si te lo quitan"(Robe Iniesta).
Frente a la corrupción de personajes tan siniestros como Nuño ("me esperaba en el cuarto de interrogatorios poco más o menos con la misma mansedumbre y templanza que un miura después de recibir las atenciones del picador y la cuadrilla de banderilleros al completo" -pág. 362-), Tomás Valero (alias Travolta), Serret,..., Bevilacqua tiene claro que "el verdadero cimiento de una sociedad es el crédito: perdido éste, aunque no sea más que un factor psicológico, y a menudo ficticio, todo lo demás se escurre por el sumidero tras él". Y luchará por ello con todas sus fuerzas.
Y al final, todo girará sobre el primer principio, sobre el artículo 1 de la cartilla del guardia civil desde 1845 (duque de Ahumada): el HONOR. "El honor ha de ser la principal divisa de la guardia civil; debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás". Y en esta novela muchos guardias civiles han pasado al lado oculto, olvidando su promesa. 
Inolvidable el detalle de la salvación de la adolescente Jessi ("Vuelve con tu gente, dondequiera que esté. No sé qué problemas tienes con ellos, pero muy gordos tienen que ser para que sean peores que los que vas a tener aquí. Olvídate de todo esto. Nunca estuviste. Nunca sucedió"(pág. 344).
Termino con un texto casi existencial:
"Hay tres tipos de personas: las que tienen tanto como para que nunca nadie les obligue a responder; las que tienen tan poco que ya no les importa perder más, y el resto.Si perteneces al primer grupo, puedes sartártelo todo impunemente, pero no vas a salir bien librado por listo, sino porque juegas con ventaja. Si perteneces al segundo grupo, aceptas el precio y acabas pagándolo, momento en el que se descubre que alguno no lo aceptaba tanto, sólo era tan necio como para creer que a él no le tocaría pagarlo. Los que pertenecemos al resto, tú, yo, o la sargento, o en general todos los pobres diablos que andamos bajo un tricornio, que es a quienes se dirigía el previsor duque, lo más inteligente que podemos hacer, y que coincide que también es lo más ético, pero no es de eso de lo que te estoy hablando, es atenernos al deber que hemos contraído" (pág. 361-362). 
No hay mejor definición del calado moral de este grupo de investigación, con el que muchos estaríamos de acuerdo desde todos los ámbitos de la Administración, como reza el frontispicio de este blog:
¡ PAREMOS LA CORRUPCIÓN ! ¡ POTENCIEMOS LA JUSTICIA ! ¡ QUE LA ESCUELA SEA UN CONTRAPODER ! ¡ OTRO MUNDO MEJOR ES POSIBLE !


P.D. De esta obra se extrae ciertas preferencias de Vila, a saber: el yogur de peras con trocitos, sus lecturas de Michel Houellebecq y Lacan, la serie Breaking Bad (coincido plenamente con él en que la pareja de protagonistas, es una de las mejores reediciones de la cervantina pareja que ha alumbrado la ficción contemporánea), su soldadito de plomo de la benemérita (de los rendidos en Nador a los rebeldes de Abd el-Krim, 1921), los calçots como manjar catalán exquisito y sus eternos recuerdos del Montevideo natal. SALUD.



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