viernes, 8 de febrero de 2013

OBRA MAESTRA

Hasta ayer - con cinco meses de atraso - no pude gozar de esta auténtica obra maestra del cine español. Del bilbaíno -¡ viva el Athletic !- Pablo Berger, conocía su "Torremolinos 73" que no tuvo el éxito que merecía. En esta obra nueva suya,  me ha hecho hizo reír, llorar y empatizar con muchos de los personajes de este cuento clásico, de los hermanos Grimm. 
La historia de Blancanieves, es de sobra conocida por todos, esta vez trasladada a la Andalucía de los años 20, cuando un torero ( Antonio Vilalta ) es corneado por un toro ( de nombre Lucifer ) el mismo día que su mujer ( Carmen de Triana ) muere al dar a luz.
La enfermera ( Encarna ) que lo cuida se casará con el torero, ahora inválido, y hará la vida imposible a la pequeña Carmencita.
Es un melodrama de los que ya no se hacen y que te atrapan de principio a fin, gracias a un sinfín de virtudes y aciertos. "Blancanieves" es drama, es comedia, es thriller, es terror. Es vida y muerte. Sonrisas y lágrimas. Luz y oscuridad. 
Supera las expectativas por su originalidad - es muda, en blanco y negro -, por la ambientación - de postal con solera -, por las interpretaciones de todos los papeles - Ángela Molina, magistral como la abuela de la niña; Maribel Verdú, como la mala y sádica "bruja madrastra" de la historia; Sofía Oria y Macarena García, como Blancanieves niña y adulta, los enanitos - que serán seis en vez de siete - con claras referencias a los cuadros de Velázquez -, las pinceladas góticas, el humor negro - contra la más rancia iconografía hispánica -, el pollo Pepe - simpático como él solo -, ciertas escenas ya inmortales (como el momento en que la niña parte a su nuevo destino tiñendo su vestido blanco de comunión en negro de luto),...¿Y qué decir del enanito interpretado por Sergio Dorado, uno de los hombres más enamorado que recuerdo de la historia del cine?
La fotografía expresionista - que tanto recuerda al cine clásico alemán - de Kiko de la Rica, y la banda sonora de Alfonso de Vilallonga, son para quitarse el sombrero. Quien aún no crea en la calidad del cine español, debería ir a verla. 


P.D. Quiero aclarar una cosa: yo he firmado manifiestos a favor de la abolición de las corridas de toros. Prefiero decirlo, ya que defender o atacar esta película se ha convertido en una cuestión de apoyo o rechazo a las corridas de toros. El séptimo arte, gracias a Dios, es otra cosa: no me impide reconocer que esta película es una obra maestra. SALUD.
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