Nada más ver el diseño de la cubierta, de Miguel Brieva - revolucionaria su aportación como ilustrador al texto de Akal, en "Educación para la Ciudadanía" -, sabía que este libro prometía sensaciones fuertes. Sin referencias claras, creí que sería un análisis concienzudo de la crisis desde septiembre de 2008. Primer error: es una novela incendiaria.
Aunque por ella pasen Lehman Brothers, Alan Greespan, Morgan, Goldman, Stearns, Citigroup, Merrill, Myron Scholes,el índice Dow Jones, AIG, RBS, el milagro islandés, la Teoría de la Reflexividad..., serán las consecuencias humanas, la intrahistoria dolorosa - de carne y hueso -, la que Pablo Gutiérrez, nos muestre como la prueba de un delito de lesa majestad que nadie quiso parar. Fue la crónica de una muerte anunciada para miles de vidas anónimas, quienes quedaron abandonadas a la suerte de la ruina más absoluta, económica y moralmente.
Creí que daría alguna esperanza de solución, posterior al análisis. Segundo error: no la hay. La condición humana no hace distingos, ningún personaje se salva de la quema - salvo una niña -. La falta de escrúpulos éticos impregnan no sólo el ser de los "mayores sinvergüenzas económicos de la historia", sino también el ser de los derrotados ciudadanos de a pie: de Marco, Julia, Gonzalo- Talo, Cloe, Alicia, Marta, Valentina (por mencionar los más cercanos al protagonista), pero también a Georges Soros - el megainversor antisistema que amasó una fortuna con la burbuja financiera - en el río Nung cual "Apocalipsis Now", a la congresista norteamericana Gina Mark, a la presentadora televisiva, a la doctora Orcha,...La gangrena económica está infectando la base ética que subyace al sistema.
Creí que sólo hablaría de economía. Tercer error: la cultura general que demuestra Pablo Gutiérrez es superlativa: lo mismo te habla de la Lambretta 150 que de Maiakoski; de Leonard Cohen que de Wittgenstein; de Karl Popper que de Yukio Mishima; de Tao que de Bakunin; de Kurt Cobain que de Marcuse; de Noel Gallagher que de Matisse; de Stanley Kubrick que de Los Ángeles Lakers; de Kerouac que de Bruce Lee; de los arrecifes de Mappadegat que de Nueva York (Quinta Avenida);...
¿Y la DEMOCRACIA? Muerta y sepultada.SALUD.
P.D. En fin, he pasado unas tardes de esta semana en pleno fervor lector. No adelanto más para que la leáis sorpresivamente. Os dejo la entrevista emitida en televisión española.
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