miércoles, 5 de diciembre de 2012

Thriller surcoreano salvaje

 
El cine surcoreano me tiene enamorado. Cada año que pasa crece en directores y obras maestras. La vitalidad del cine surcoreano es increíble, sus autores parecen brotar en cada esquina a la conquista de espacios tradicionalmente reservados a otras filmografías, más poderosas y asentadas.  Ejercicio de  memoria, a saber:
 ‘La isla’ (2000), de Kim Ki Duk
‘Simpathy for Mr. Vengeance’ (2002), de Park Chan-wook.
‘Tale of two sisters’ (2003), de Kim Ji-Woon.
‘Old boy" (2003), de Park Chan-Wook.
‘La mujer es el futuro del hombre’ (2004), de Hong Sang-soo.
‘Beattersweet life’ (2005), de Kim Ji-Woon.
‘The Host’ (2006), de Bong Joon-ho.
‘Thirst’ (2009), de Park Chan-wook.
‘Poesía’ (2010), de Lee Chang-dong.
‘The Front Line’ (2011), de Hun Jang.
Pero hoy toca hablar de la que película que disfruté ayer en casa: "The yellow sea", "El Mar Amarillo" de Hong-Jin Na.
Narra la historia de un taxista que ha contraído una importante deuda con la mafia y la única manera de saldarla será viajar hasta Corea del Sur para cumplir un encargo, cometer un asesinato. Ha Jung-woo y Yun-seok Kim, el tándem protagonista, pedalearán con fuerza en este thriller dramático y brutal con mucha violencia - los matones no tiran de gatillo, sino que se arman con cuchillos, machetes y hachas - y elementos del mejor cine negro - nuestro taxista se las tiene que ver con el tío más duro que ha parido el cine desde el Terminator-1000, con empresarios y políticos corruptos, bandas de desheredados, incluso contra una policía esperpéntica e ineficaz- .
Llegar a Seúl no será tarea fácil, ya que el protagonista vive en la ciudad de Yanji, capital de una prefectura autónoma china fronteriza con Rusia y Corea del Norte, cuyos habitantes son conocidos por el despectivo sobrenombre de ‘joseonjok’ ( en todas partes" cuecen habas" ) y en la que la delincuencia es la única forma de subsistencia. Una vez salvado este primer escollo, comienza la complicada planificación del asesinato, dada la seguridad que rodea a la víctima. Pero el protagonista también tendrá su mente puesta en encontrar a su mujer desaparecida. Tampoco aquí tendrá suerte nuestro amigo. Llevo dos películas con finales poco felices.
 Los espacios de la ciudad asfixiante en un territorio fronterizo, el uso dramático del sonido y de la extraordinaria música, el lirismo que desprenden las composiciones visuales en contraste con la brutalidad de las acciones violentas, conforman una puesta en escena apasionante, que se convierte en protagonista por sí misma. Las persecuciones antológicas, ya sean corriendo, nadando o en coches.
Su viaje a los infiernos es despiadado y fascinante, sin concesiones para el espectador. No hay héroes, sólo gente desesperada que es capaz de cualquier cosa con tal de subsistir. Brutal.

P.D. "No es un mar amarillo, es un gran océano gris que nos engulle a todos. Ex nihilo nihil fit".
(Randolph Carter)

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