miércoles, 25 de julio de 2012

Lectura Recomendada: "Que se levanten los muertos" de Fred Vargas

 

Han sido nueve euros bien aprovechados. Libro ideal para quedarse en casa una tarde de mal tiempo. Aunque la frase del título no aparezca hasta la página 283, bien escogido porque la obra es una campo de dudas entre vivos y muertos, o "muertos vivientes". Intriga en trescientas once páginas que se resuelve en la trescientos seis. 
Tres jóvenes historiadores - Mathias, Lucien y Marc, especialistas respectivamente en Prehistoria, Primera Guerra Mundial y Edad Media - en paro se verán implicados en cuatro asesinatos, cuyas causas se remontan hasta un pasado lejano, lleno de rencor y celos. Será un caso de criminal lento, con una frustración bien rumiada, con un impulso aplazado, de aspecto tranquilo.
Contarán con la ayuda del ex policía - separado de servicio por supuesta corrupción - Vandoosler ( padrino de Marc ) y del comisario Leguennec. Pero los "tres evangelistas" - por San Marcos, San Lucas y San Mateo - demostrarán una intuición y una capacidad de análisis muy eficaces.
Sobre el escenario de una calle del centro de París, la Rue Chasle, donde todo el mundo se conoce y nunca pasa nada, hasta que pasa, lucharán jugándose la vida hasta descifrar el enigma. 
La historia comienza con Sophia Siméonides quien observa que ha aparecido, de la noche a la mañana, un árbol plantado en su jardín. Cantante de ópera retirada, una obra marcará el libro: "Elektra". Se van a cometer cuatro asesinatos por una desgraciada historia de amor juvenil que ha durado demasiado.
Aparecerán personajes sospechosos como Stelyos, Georges Gosselin, Juliette, Alexandra, Julien Moreaux o Relivaux. Todos parecerán culpables en algún momento pero sólo uno los cometió. Uno de los fallecidos, Christophe Dompierre, dará la pista definitiva en un Renault 19 negro - no adelanto más -.
A destacar el papelazo de Vandoosler y sus contínuas referencias a Moby Dick y a Acab -incluyendo la famosa escena de la moneda de cinco francos clavada en el poste -."¿Quién será la ballena blanca, la ballena asesina?".Ella plantó el haya."Hay que dejar a los asesinos las manos libres para que puedan cometer un error".Lo comete. Os dejo con tres líneas de la página 306 :"Tuvo que abandonar las tablas, dejar el canto, sólo le quedó la locura , el orgullo y no sé que otras basuras. Y vivió para aplastar a los que le habían jodido la vida...inteligente, música, loca, bella, demoníaca,...,impenetrable". SALUD.

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