sábado, 15 de mayo de 2010
Lectura Recomendada: "Los mares del Sur".
No existe detective español más afamado que Pepe Carvalho.Han sido 25 años de vida cultural en España, que cubre la etapa de transición del franquismo a la democracia.
Desde entonces, cada nueva historia de Carvalho ha venido a añadir un nuevo episodio al proceso de transformación cultural que ha vivido la sociedad española en los últimos años,el cambio de una sociedad represiva, aletargada en una sociedad hipercapitalista y postindustrial con los nuevos problemas de criminalidad,corrupción, drogas, desempleo, y sobre todo, la repercusión moral de una sociedad que ha perdido la memoria histórica, los ideales del pasado, la creencia en verdades universales, y su conversión en una sociedad del simulacro y una cultura del espectáculo.
La mirada de Carvalho ha servido para contemplar y desvelar zonas negras de la realidad que no podrían quedar oscuras y olvidadas.Y eso se percibe en "Los mares del Sur"
En esta obra, Manuel Vázquez Montalbán, nos sitúa en la Barcelona de 1979, en vísperas de las elecciones municipales. Pepe Carvalho debe investigar la muerte de un hombre de negocios (Stuart Pedrell) asesinado a navajazos en un barrio de la ciudad cuando todo el mundo lo hacía en los Mares del Sur, de viaje.
Van circulando personajes perfectamente retratados de la sociedad española de aquellos tiempos: navajeros y pandillas juveniles (El Bocanegra, La Pecas, Ternero, la Loli,Pedro Larios y sus amigos,...), el mundo de la prostitución (muy bien reflejada en el importante papel de su amada Charo), el progresimo político del momento (Ana Briongos, Cifuentes), la alta sociedad catalana (Yes, Adela Vilardell, Planas, Mima, Munt), amigos de toda la vida (Biscuter, Fuster) y como no, la perrita Bleda (que no tiene un buen final).Todos ellos, propagan tantas luces y sombras, como para desorientar al más inteligente y experimentado detective.
No adelanto nada más para que disfruten de las doscientas veinte páginas que te hacen disfrutar un fin de semana.
P.D. Quedan aparte las extraordinarias referencias gastronómicas y vinícolas del libro.No leer con hambre o con sed.¡Qué le gustaba la buena mesa a este hombre!
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